No existe nada más grado que vivir en una realidad basada en hechos y no en fantasías, una realidad que puedas sentir, tocar oler a cada momento, cada día hasta que el tiempo y la vida misma te lo permitan; saber que la realidad que vives es tangible es tu presente y lo estás viviendo justo ahora.
Podría recostarme en el pasto de Brasil en mi imaginación, pero prefiero mil veces recostarme en el pasto de las áreas verdes de mi unidad habitacional, que me piquen los mosquitos y su aroma del pasto húmedo.